A muchos padres la etapa de la adolescencia les asusta: ajustes hormonales, emocionales y físicos; su sexualidad comienza a despertar y la primera experiencia está a la vuelta de la esquina, o bien, ya la tuvieron; comienzan a rebelarse y a querer imponer su forma de pensar; empiezan a buscar su independencia y a querer imponer sus reglas, y están a merced de los medios de comunicación y la mercadotecnia quienes les dictan de qué forma deben vestir, hablar, actuar. Ansían pertenecer a un grupo social y la presión los hace vulnerables ante el alcohol, las drogas y la sexualidad violenta e irresponsable.

Contrario a lo que mayormente se piensa, la adolescencia es una hermosa etapa de descubrimiento y de afirmación como individuo dentro de una sociedad y es una gran oportunidad para formar personas seguras de sí mismas, conscientes y con un alto valor ético. Los chavos que se conocen más y que tienen más confianza en ellos mismos son capaces de relacionarse mejor, de poner límites y de disfrutar de esta maravillosa etapa de una manera responsable y segura.